Por qué escribir sobre arte

Esta plataforma tiene como objetivo poner en práctica la crítica del arte desde una postura de productores artísticos y pensar en estrategias propias y locales que nos permitan reflexionar sobre el arte contemporáneo y el mundo artístico actual del país. Escribir sobre arte nos permite esclarecer nuestras impresiones sobre trabajos que nos resultan interesantes y nos intrigan. El ejercicio de escribir requiere otro tipo de responsabilidad sobre lo que vemos, requiere una reflexión más profunda que nos lleva a indagar de una manera implicada sobre procesos de conceptualización y de realización. Escribir conociendo de primera mano los procesos de producción, por qué hacemos lo que hacemos, desde dónde hablamos, tanto como artistas como críticos, nos ofrece una mirada teórica que surge de la praxis. Este ejercicio posibilita un soporte para dialogar, generar tensiones y reflexionar sobre nuestra propia investigación artística.

Tuesday, May 20, 2014

El ensamblaje

Entrevista a Alex Schlenker
Quito, 25 de abril de 2014
Por Miguel Ángel Murgueytio






“Si me preguntan cómo me defino, soy un experimentador visual”. 

Alex Schlenker considera que su vida ha sido muy difícil y que esta dificultad está reflejada en su obra.  A muy temprana edad, cuando tenía doce años se traslada de Alemania a Austria y de Austria a Colombia, tierra donde nació su madre, una serie de movimientos que le permiten llegar al Ecuador, lugar que para él se tornaba muy complicado, primero lingüísticamente debido a su poco conocimiento del español y segundo porque estas mudanzas implicaban la pérdida de amistades, nuevo colegio y nuevas costumbres, situaciones que no permitían una estabilidad en él. 

Por mi parte tenía conocimiento de su trayectoria en la fotografía pero no sabía a ciencia cierta cómo y cuándo surge su interés por las artes visuales, él me comentó que llegó al arte por un complejo entramado, es parte de una generación de fotógrafos, su abuelo, su padre y su madre personas muy cercanas que practicaban la fotografía dentro y fuera de casa.  Posteriormente, en el colegio existieron varias circunstancias que le fueron marcando, estudió un curso de fotografía y aparte estudió con un compañero austriaco, a quién su padre que era cineasta, les regalaba retazos de cinta que sobraba en el magazine para que puedan filmar fragmentos de película.  Alex nos dice que aparte de ser su primer acercamiento al cine, tuvo gran aprendizaje en literatura, esta familia tenía una gran biblioteca de igual manera que en casa de sus padres.  Además de la fotografía, el cine y la literatura, este personaje tiene un largo recorrido por diferentes campos como la matemática, la química, la filosofía, la arqueología, la historia, el deporte, etc., en fin una variedad de materias que le permitieron obtener una formación sólida.  Es en ese momento cuando decide estudiar artes visuales vinculadas al cine y queda enamorado de la metodología de aprendizaje de la Escuela de la Bauhaus. 

Desde esa línea puedo entender que su producción artística proviene de la experimentación, él me lo afirmó, habla sobre el juego lúdico, recortar, pegar, instalar o hacer un collage, muy semejantes a la edición de video y el cine, que si los pudiera definir en una sola palabra sería “el ensamblaje”.  Alex trabaja desde lo espontáneo y no desde la razón, parte del interés por algo, acude a esos lugares y suceden cosas que le permiten generar material, le interesa la luz, el movimiento y el registro.  La mayoría de veces no sabe lo que va a ocurrir, pero es esa incertidumbre la que mueve su producción artística.  Si él dividiera su proceso en etapas, primero estaría las estrategias como examinación de caminos y posibilidades más que el resultado en sí, luego estaría este amplio interés por el tiempo, trasladarse en el pasado o jugar con la velocidad, finalmente, hace unos cinco o seis años se atreve a trabajar un proceso autobiográfico, empieza a mirarse.

Estos procesos le llevan al archivo, un fuerte interés por trasladar lo pasado al presente, pero ¿por qué razón hacerlo? Schlenker respondió que ha podido darse cuenta que esa reflexión sobre el tiempo tiene que ver con una mirada fija hacia el pasado, le permite volver, mirar o tal vez hacer una relación con el mismo temor a la muerte que le llevan a esta necesidad de guardar, archivar y preservar.  El pasado es uno de sus materiales preferidos, pero conociendo que el archivo es amplio y desbordante, Alex responde a esta incertidumbre refiriendo su trabajo como generador de sus propios archivos, recorre los mercados de pulgas en diferentes ciudades para comprar fotografías viejas o desde las posibilidades del Internet que le ha permitido reutilizar material para contar historias.  La memoria, el pasado, el tiempo como procesos de reconocimiento biográfico, ¿qué podemos rescatar de las historias mínimas?  Alex nos dice que en su propia biografía tiene encuentros memorables que han sido efímeros, personas con quien entabló una larga conversación y que de alguna manera le marcaron en su vida, cosas pequeñas, circunstanciales y momentáneas que provocan una sensibilidad en el artista sabiendo que nadie más las pudo ver, muchas de ellas decide contarlas y otras simplemente dejarlas en la experiencia.  Estas decisiones provocan un cuestionamiento en él sobre ¿qué tanto debemos contar y a quién?, invocando una última pregunta, ¿Todo este proceso artístico es dirigido a alguna colectividad? ¿Piensa en algún público? Schlenker contestó, que su proceso es experimental, es muy feliz haciendo sus cosas, produce todos los días y el 99% de sus obras no salen de su taller, no busca ser pretencioso sino que se mantiene en el anonimato como una sombra que lo define.


             

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