Qwerty.
Pablo Gamboa.
Por: Isabel Laguno octubre,
2013
Entras a una gran sala, te encuentras
con una línea de hojas de papel que atraviesan todo el lugar, una línea blanca
que interrumpe el espacio negro. ¿Por dónde empezar la lectura de este texto de
imágenes? La decisión es de cada uno. La obra no tiene límites para ser
entendida, como dice el artista no hay reglas para interpretarla, únicamente
hay que disfrutarla, crear una historia o ninguna, dejarse llevar por lo que se
ve, por lo que se siente, pues las imágenes te despiertan recuerdos,
sentimientos y en ocasiones te remiten a tu vida, a tus experiencias propias.
La obra Qwerty es una serie de dibujos
en tamaño A4, hechos con rapidógrafo y máquina de escribir, y este último
elemento parece ser la razón del nombre de la muestra, aunque en sí misma esta
palabra no significa nada más que la distribución de los caracteres en el
teclado. Los dibujos son pequeñas escenas, una especie de viñetas narrativas
con distintos personajes que son sostenidos por un horizonte de letras y
pabras, todos únicos e independientes conformando un todo, pues el diálogo es constante entre los dibujos.
Las palabras son un sistema de
comunicación universal, todos nos entendemos con el lenguaje sintagmático, las
palabras encierran un sentido, pero a su vez como una línea está compuesta de
puntos, las palabras están compuestas de letras. Las letras solas sin orden
caen en lo absurdo, en el sin sentido del lenguaje. Las palabras, las letras no
son suficientes para comunicar, te pierdes en el mar de las palabras porque
estas no bastan para decir lo que se siente.
Hay algo que está atorado, que no es
capaz de ser expresado con la lengua, eso que no se puede decir con las
palabras, se puede decir con las manos. El arte, el dibujo en este caso, es
otra forma de lenguaje, no tan preciso, no tan exacto como las palabras, pero
es capaz de abarcar un sentimiento, una vida, es un lenguaje que dice y te hace
sentir más cosas, pero al mismo tiempo te deja la incertidumbre, la angustia de
la inexistencia de una certeza ¿Qué quiso decir? Seguramente no quiso decir
nada, o quiso decir mucho, o solo lo dice sin esperar que se entienda, es como
hacer una confesión sin esperar una respuesta, sin esperar que sea escuchada, dicho
solo por la necesidad de decirlo, de hacerlo y si al decirlo alguien lo
entiende, a alguien le llegan las calladas palabras de la imagen, será el
disfrute y las preguntas del otro complemento de aquello que se pensó
dibujando.
La potencia de Qwerty está en que es
una obra que te interpela, que te hace ver y sentir, reflexionar, sin la
necesidad de un gran discurso teórico académico, sin la necesidad de citar
densos filósofos, críticos o teóricos. Aquí la cita de la obra es la vida
misma, las experiencias del autor, hechos cotidianos con lo que todos somos
capaces de identificarnos o entender. Así como parece ser tan simple en su
forma, es en verdad una compleja historia que nos deja preguntas y nos diluye
algunas certezas.
Lenguajes: palabras e imágenes, ideas,
sentimientos, experiencias que construyen un sujeto; qwerty parece ser un texto
de imágenes, el diario de la vida del autor, una vida que no dista del resto de
seres humanos, está el autor en toda su humanidad presente en su obra, no hay
pretensiones, ni posturas artificiales, eso se siente al ver la obra, en
pequeños detalles como la factura del dibujo, los errores, los espacios en blanco,
las frases ocultas en lo absurdo y maleable grupo de letras, todos los
elementos presentes juegan un rol importante en la obra, como una letra en una
frase.
Estar en qwerty es como tener una
conversación, al ver la obra me rio, me estremezco, siento soledad también y
alegría al recorrer la línea. Esta es
una narrativa, es como escuchar a un amigo contarte un pedazo o un breve
resumen de su vida, lo escuchas lo sientes y te preguntas sobre tu vida misma,
en este caso esa conversación está dada por las prácticas artísticas y el autor
lo afirma deliberadamente o no, al poner en ambos extremos de la línea
narrativa de dibujos dos personajes que dirigen la conversación, por un extremo
la narrativa esta iniciada con un director de orquesta y por el otro extremo
por un camarógrafo.
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